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Domingo 8 de junio de 2014

La Toma de Corral y Valdivia - 3 y 4 de febrero de 1820

Con la toma de Valdivia, Cochrane no tan sólo reivindicó sus pocas afortunadas actuaciones contra las fuerzas navales españolas de El Callao, sino que además, consolidó el dominio del mar para Chile y la independencia de la nación.

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El escaso éxito alcanzado en el desarrollo de la expedición, llevó al Almirante Cochrane a tomar la decisión de regresar a Chile, sentía que no había cumplido su objetivo.

Concibió entonces la idea de llevar a cabo una empresa descollante, que pudiera borrar la mala impresión del fracaso de su expedición y decidió operar sobre la plaza fuerte de Valdivia.

Dejó instrucciones al Capitán Spry para que con el “Galvarino” y “Pueyrredon” se mantuviera en acecho de la “Prueba” y regresara después de dos meses a Chile. El 19 de diciembre salió con el resto de sus buques en dirección al sur. Envió a la “Lautaro” directamente a Valparaíso y él, con la “O’Higgins puso rumbo a Valdivia, con el objetivo de reconocer las fortificaciones de la bahía.

En 1820 el poderío militar español en Chile estaba concentrado en Valdivia; allí se habían reunido las tropas realistas vencidas y era el único punto por donde podía iniciarse una nueva reconquista. Chiloé era también una fortaleza española, pero su condición insular, no se prestaba para una acción de tal naturaleza.

Valdivia era considerado el puerto mejor fortificado de las costas americanas del Pacífico sur. La estrecha boca contaba con baterías a ambos lados, las que estaban reforzadas por castillos, fuertes y baterías que dominaban completamente el fondeadero. En total había 118 cañones con una guarnición de 1.500 soldados, entre ellos el famoso regimiento Cantabria.

El 18 de enero de 1820, llegó Cochrane a Valdivia, izando la bandera española en todos los mástiles de la “O’Higgins” para entrar a puerto. Los defensores realistas, confundieron la nave con la “Prueba” y no impidieron su paso, pudiendo ingresar al fondeadero, informándose que se esperaba el arribo del bergantín “Potrillo” con los fondos para pagar a la guarnición. Luego de reconocer ampliamente el puerto capturó al bergantín en cuestión a su recalada al puerto, empleó el mismo ardid de la bandera. Apreciada la situación, Cochrane llegó a la conclusión que podía apoderarse de Valdivia y con ello contrarrestar su falta de éxito en El Callao.

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Decidida la toma de Valdivia, Cochrane se dirigió a Talcahuano para solicitar el apoyo al Jefe Militar de la Provincia de Concepción, Coronel Ramón Freire, quien acogió de inmediato el plan del Almirante, aportándole 250 soldados al mando del Sargento Mayor Jorge Beauchef, sus mejores oficiales y los buques que tenía en la bahía, bergantín "Intrépido" y goleta "Moctezuma". A la fuerza militar aportada por Freire, se agregaban los Infantes de Marina al mando del mayor Guillermo Miller, que como parte de la Escuadra permanecían embarcados en la “O’Higgins”.

A mediodía del 28 de enero zarpaban los tres buques rumbo al sur.

El 03 de febrero, se iniciaba el asalto, pese a que durante la travesía varó la "O'Higgins" y que hubo de vencer enormes dificultades para zafarla. Cochrane se vio obligado a cambiar su insignia a la "Moctezuma" y redistribuir la tropa embarcada en los buques menores.

El "Intrépido" y la "Moctezuma" recalaron a la vista del enemigo y fondearon frente al fuerte Aguada del Inglés, a cuyo pie había una pequeña caleta que facilitaría el desembarco. Nuevamente los buques izaron la bandera española, pidiendo un práctico y pretendiendo que venían de la Península agotados tras una extenuante navegación. En tierra, las autoridades recelaban y exigieron que enviaran un bote. Se le respondió que en el Cabo de Hornos habían perdido todas las embarcaciones menores. Las sospechas de los defensores, los llevaron a dar la orden de concentrar tropas en la playa. En ese momento sucedió un imprevisto. Uno de los botes cortó su amarra y apareció a la vista del enemigo, ante lo cual el fuerte Aguada del Inglés rompió el fuego, alcanzando al "Intrépido" con dos proyectiles. Lo anterior, llevó al Mayor Miller a dar inició de inmediato a la primera oleada de desembarco con 44 soldados de Marina y tres botes, en uno de los cuales se embarcó el Almirante Cochrane.

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Bajo una lluvia de balas desembarcaron en la playa y se apoderaron de ella a la bayoneta. Inmediatamente después, continuó el desembarco, y en menos de una hora habían en tierra 300 hombres.

Las unidades navales facilitaron esta operación, con un efectivo fuego de la artillería embarcada, lo que en gran medida obligó al enemigo a retirarse de la playa para guarecerse mejor.

No habiendo tiempo que perder, Beauchef organizó tres columnas en tierra y procedió a la conquista de los fuertes por los dos frentes, lo que logró materializar al anochecer del mismo día. Los realistas escaparon y se fueron replegando de fuerte en fuerte perseguidos por los chilenos en acción nocturna. Cayeron así el fuerte San Carlos, la batería del Barro, el fuerte de Amargo y el de Chorocamayo.

A la 1.00 de la madrugada del día 04 de febrero, las tropas chilenas al mando de Miller y Beauchef cayeron sobre el fuerte de Corral, el primero gravemente herido y ayudado por sus hombres para mantenerse en pie.

Sorprendidos por la supuesta presencia de fuerzas muy superiores, los defensores realistas se rindieron rápidamente. Así, fueron cayendo las baterías de la defensa occidental de la bahía. Faltaba aún la captura de la ribera norte del río y el lado opuesto de la rada.

Aprovechando el factor sorpresa que hasta el momento le había dado tan buenos resultados, el Almirante Cochrane dispuso la entrada a la bahía del "Intrépido" y la "Moctezuma” y el reembarco en ellos de la tropa, para proceder al asalto de las fortificaciones ubicadas en la entrada del río.

La súbita aparición de la fragata "O'Higgins" en la boca del puerto, indicó a los españoles que habiendo sucumbido las mejores defensas, sin el auxilio de los buques, la sola presencia de la fragata hacía temerario insistir en la defensa, ante lo cual decidieron evacuar sus posiciones, retirándose por tierra y río a Valdivia.

Simultáneamente, desde Valdivia, la guarnición hispana había enviado refuerzos a Corral por el río, pero éstos se encontraron con la retirada de los defensores del puerto y optaron por regresar para hacerse fuertes en la ciudad.

Cochrane y sus tropas entraron a la ciudad de Valdivia, donde restableció el orden y dispuso la elección de un gobernador civil.

Los realistas vencidos fueron perseguidos por Beauchef, quien los combatió y neutralizó en la acción de la hacienda de El Toro.

La toma de Valdivia fue indiscutiblemente uno de los actos más extraordinarios de la gesta por la independencia. Además de las fortificaciones, cayeron en poder de los patriotas el puerto y la ciudad, gran cantidad de pertrechos militares y el transporte chileno “Dolores”.

Las informaciones obtenidas en Valdivia estimularon a Cochrane a hacer lo propio con Chiloé; mas, la pérdida del “Intrépido”, la inutilización de la “O’Higgins” y las bajas producidas en el asalto a Valdivia, habían reducido notablemente los efectivos disponibles. No obstante, el Almirante, intentó la toma de Chiloé con la “Moctezuma” y la escasa fuerza que comandaba Miller. El 17 de febrero de 1820 lograron apoderarse del fuerte Corona, pero fueron rechazados por fuerzas superiores en el asalto sobre Agüi, principal fortaleza de Chiloé, debiendo retornar a Valdivia.

Al desembarcar en Valparaíso, el 06 de marzo, Cochrane fue recibido con las más vivas demostraciones de admiración por parte del pueblo y sus autoridades.

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El Director Supremo, General Bernardo O'Higgins, al felicitarlo por su triunfo, le manifestó su gratitud y la de toda la nación por la heroica e increíble toma de Corral y Valdivia.

Con la caída de Valdivia, perdió España uno de los bastiones en que se sustentaba la continuidad de su presencia en Chile y su poder naval debió prescindir de una posición privilegiada para ejercer el control de las comunicaciones marítimas del Pacifico sur oriental. Por ello, con la toma de Valdivia, Cochrane no tan sólo reivindicó sus poco afortunadas actuaciones contra las fuerzas navales españolas de El Callao, sino que además, consolidó el dominio del mar para Chile y la independencia de la nación.