Dotación de base naval “Arturo Prat” conmemoró los 61 años del fallecimiento del Capitán de Corbeta Pedro Gónzalez en el territorio chileno Antártico
Sábado 9 de abril de 2022Durante la jornada del 8 de abril, la dotación de la Base Naval Antártica “Arturo Prat”, se trasladó hasta el lugar del trágico fallecimiento del Capitán de Corbeta Pedro González Pacheco, el segundo miembro de la Armada de Chile fallecido en acto de servicio en el Territorio Chileno Antártico.
La emotiva ceremonia, se realizó en la cruz que recuerda el trágico episodio, siendo encabezada por el Comandante de la Base Naval Antártica “Arturo Prat”, Capitán de Fragata Eduardo Domínguez, junto a la dotación que se formó, superando las frías temperaturas y las fuertes rachas de viento imperantes en el lugar.
El Comandante Domínguez, en una breve alocución se refirió al trágico acontecimiento, destacando diferentes facetas de la vida del Capitán de Corbeta Pedro González y su trágica muerte acaecida el 9 de abril de 1961, quien en ese entonces era el Comandante de la Base Naval Antártica “Arturo Prat” y Gobernador Marítimo de la Antártica Chilena.
Su deceso sucedió en un despliegue de exploración y observación glaciológica, mientras ascendía el Picacho López, monte ubicado en el sector Sur-Este de la isla Greenwich, ocasión en que resbaló, cayendo al ventisquero Cornisa, falleciendo pese a los grandes esfuerzos que realizó su dotación por brindarle los primeros auxilios, convirtiéndose en mártir para la historia de la antártica chilena.
La vida de este Oficial de la Armada de Chile lo hace destacar en la historia de la institución, siendo autor del breve poema que esculpido en roca se mantiene en la Escuela Naval:
“Existe un privilegio en Chile que muy pocos disfrutan; y este privilegio es ser Cadete Naval.
Su uniforme es admirado, no porque la silueta juvenil otorgue sobria y militar gallardía, sino por algo más valioso, que todos los chilenos pueden comprender.
Este uniforme es símbolo de las virtudes marinas. Y quien lo viste se ennoblece”.
Nacido en la provincia de Arauco en 1922, vivió su vida en el campo, tras rendir el bachillerato ingresó a la Universidad de Concepción, formándose inicialmente como profesor de Castellano.
Sin embargo, dejaría los estudios universitarios para ingresar al curso especial para Cadetes de Defensa de Costa, en 1943, complementando su pasión literaria con la vida consagrada a la Patria, viviendo la dura vida Naval en diferentes destinaciones ligada a la Defensa de Costa y la formación e instrucción.
Tras ser autorizado por la Institución, en el año 1951 concluye sus estudios en pedagogía, obteniendo el título de Profesor de Estado en Castellano, asumiendo el rol de comandante de batería del Grupo Antiaéreo N° 16 en Viña del Mar, para posteriormente ser destinado como Oficial Instructor en la Escuela Naval “Arturo Prat” y después a la entonces “Escuela de Defensa de Costa” en 1954, con el objetivo de mantenerse en la línea de armas y mando de la Institución.
Su notable trabajo de título de profesor de castellano, lo hace acreedor de diferentes reconocimientos, entre ellos “Ramiro de Maeztu” entregado por el Instituto de Cultura Hispánica y una beca doctoral en la Universidad Complutense de Madrid y en el Instituto Psicotécnico de Barcelona, superando con creces sus aspiraciones de perfeccionamiento como docente, trasladándose a Europa hasta fines de 1956.
De regreso a Chile es destinado a Escuela de Defensa de Costa, transbordado posteriormente a la Escuela Naval, para cumplir destinación en la Dirección de Instrucción de la Armada, cumpliendo labores por un año y medio.
Paralelamente se desempeñó como profesor en la Escuela de Trabajo Social de la entonces Universidad de Chile sede Valparaíso, ganándose el aprecio de alumnos y colegas en el desarrollo de sus labores.
Su infatigable tesón de mantenerse ligado a las labores propias del quehacer operativo naval, lo hicieron postular al mando de la Base Naval Antártica “Arturo Prat”, largo proceso que culminaría con su designación en 1960, asumiendo como Comandante de la base y a la vez Gobernador Marítimo de la Antártica Chilena, realizando el exigente proceso de preparación y despliegue para enfrentar las difíciles condiciones meteorológicas imperantes.
Es de esta manera que su esposa y siete hijos, uno de los cuales no lo lograría conocer, ven partir al destacado oficial con destino austral, pensando en un hasta pronto que se convirtió en adiós.
En el lugar de su fallecimiento se erigió una cruz, recordando y homenajeando a un hombre y oficial sobresaliente, que ha trascendido con sus prosas en la historia de la Institución, siendo parte del legado de sacrificio y entrega de diferentes generaciones de marinos que han servido en el Territorio Chileno Antártico.